La hidratación en invierno, en general, se suele descuidar al llegar el mal tiempo: bebemos menos líquidos y nuestra piel (sobre todo el cutis) sufre las agresiones características del invierno.
El agua es para nuestro cutis una necesidad primaria. La piel en esta época del año se enfrenta a unas condiciones climáticas duras, el frio y el aire pueden entre otros factores desequilibrar el contenido hídrico de la piel.
Estas circunstancias la vuelven seca y lo que es peor sensible y reactiva, apareciendo una sensación de incomodidad.
¿Cómo actúa nuestra piel?
Podríamos resumirlos en 3 pasos:
- Frenando la pérdida de agua:
Restaurando la película hidrolipídica, con lípidos esenciales que impidan la salida del agua al exterior. - Captar el agua del interior de las células:
La piel deshidratada pierde la capacidad de retener agua. Hay que crear reservas naturales que aseguren una hidratación continua. Esto lo conseguimos estimulando la síntesis de ácido hialurónico epidérmico que actúa como una esponja natural. - Extraer el agua de la dermis y distribuirla en la epidermis:
Estimulando la síntesis de las acuaporinas activamos el flujo del agua de la dermis a la epidermis.
Consejos para mantener una buena hidratación en invierno:
- Consume líquidos. Pueden ser en forma de infusiones o reparadores calditos.
- Utiliza cremas hidratantes adecuadas a tu tipo de piel.
- Realiza exfoliaciones suaves.
- No olvides usar protección solar.
Puedes consultar nuestro tratamiento de hidratación aquí:
Las pieles deshidratadas se encuentran tirantes y presentan descamación.
Con una suave exfoliación preparamos la piel para recibir ingredientes como el factor natural de hidratación y la vitamina A, aportando jugosidad a la piel y manteniendo un balance óptimo de hidratación y protección
Si aún no has empezado, este es el momento de poner a punto tu piel para despedir y recibir el nuevo año como se merece y lucir una piel luminosa e hidratada.
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