Sobre colores y sentidos
Es una cuestión sobradamente constatada que el color de un objeto puede influir en nuestro estado de ánimo, evocar recuerdos o alertarnos de un peligro.
Existe una conexión entre los colores y:
- una emoción
- un recuerdo
- una reacción
Y es que estamos rodeados de colores que cada uno emiten su propia radiación y que de algún modo nos afectan. Es algo intrínseco al ser humano.
Ya en la época glacial, el hombre primitivo utilizaba diferentes colores en su simbología para asociarlos a emociones, acontecimientos o actividades.
Otros estudios revelan que el 93% de los compradores de un articulo basan su decisión en su apariencia visual, siendo un 80% el color.
El color de un alimento nos puede influir de tal manera que nos resulte más o menos apetecible. Pero recientes estudios indican que el cerebro no solo integra la información visual de los alimentos, sino también del contenedor o recipiente que los aloja.
Hace unos días saltó a los medios la noticia sobre dicho estudio, elaborado por científicos de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Oxford.
Se hizo un test entre 57 participantes con cuatro tipos de vasos iguales en forma pero de diferentes colores (blanco, crema, rojo y naranja) para degustar chocolate caliente.
Pues bien, el test arrojó unos resultados cuanto menos interesantes: los chocolates servidos en los vasos de color naranja y crema gustaron más (con matices) que el resto, cuando tradicionalmente el chocolate se ha tomado en tazones blancos.
Como dato curioso quiero citar la sinestesia. Los sinestésicos tienen todos sus sentidos conectados de tal manera que funcionan al unísono.
Es decir, los colores tienen formas, sonidos, texturas y sabores. Los números los conciben en colores y lo mismo les sucede con la música y los sonidos en general pero también con el tacto y el olfato. Quizá pueda parecer un desarreglo pero a mí me parece una forma más intensa de vivir y de mirar el mundo.
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