Son frágiles y están en la primera línea de combate, por eso es tan importante el cuidado de manos.
La manos comienzan a formarse a partir de la octava semana de gestación y entre las semanas once y catorce aparecen las lineas de las palmas y las uñas.
Son nuestra primera fuente de información de lo que ocurre en el exterior: ¿sabias qué las puntas de los dedos son una de las regiones del cuerpo humano con más terminaciones nerviosas?
Su fragilidad se debe a lo precario de su capa hidrolipídica o manto ácido (una emulsión de agua y grasas) cuyo papel es fundamental en la prevención de enfermedades cutáneas, además de estabilizar el balance de micro-flora residente.
Por eso se secan con tanta facilidad y se tornan tan frágiles y por eso, con un gesto tan simple y necesario como lavárnoslas puede empeorar esta situación.
Agresores de nuestras manos
Las manos reciben agresiones prácticamente de todos los ámbitos y son de todo tipo: algunos están perfectamente camuflados, otros nos pasan desapercibidos o no les damos importancia y en ocasiones, es nuestro propio organismo el que sabotea el bienestar de las manos.
El enemigo está ahí fuera
Independientemente de las agresiones físicas externas que podemos recibir en los quehaceres diarios, existen otros factores que podemos corregir con un adecuado cuidado de manos:
Factores climatológicos
El sol produce deshidratación, manchas en la piel y aceleración del envejecimiento cutáneo, pero no es el único factor de riesgo. El frio ataca las estructuras de la epidermis de las manos, concretamente al funcionamiento de sus enzimas y a la secreción sudorípara. Las calefacciones e incluso el aire acondicionado aceleran la evaporación del agua presente el la piel.
Factores químicos
Los detergentes pueden reducir prácticamente a cero la cantidad de lípidos, provocando que la sequedad llegue a convertirse en grietas. Los productos alcalinos (con un PH por encima de 7) inciden el las proteínas de la capa córnea, favoreciendo de este modo la pérdida de agua.
Los enemigos atacan desde dentro
Algunos problemas orgánicos se traducen en deterioro de la piel de las manos. Es el caso de ciertas disfunciones sebáceas (tanto por exceso como por defecto) que pueden dar lugar a pieles descamadas, mates, etc.; y otros trastornos del organismo (nerviosos, hepáticos, anovulatorios) que se manifiestan en una alteración del aspecto normal de su piel.
Asimismo, la ingesta de ciertos fármacos pueden incrementar la deshidratación de las manos.
Las tres palabras mágicas para el cuidado de manos: hidratar, nutrir y regenerar
Cualquier producto específico para el cuidado de manos debe cumplir con estos tres agentes. Hay productos que además incluyen antioxidantes, protección UV o sustancias blanqueadoras que reducen la apariencia de esas manchas habituales en esta zona.
Pero lo importante es que las manos permanezcan hidratadas y que las proporcionemos su dosis de emolientes cada vez que las notemos resecas, cuarteadas o tirantes.
Nutrir y masajear
Si al aplicarte la crema te das un suave masaje estarás favoreciendo la penetración de los diferentes principios activos:
- repártela por el dorso de cada mano
- extiéndela dedo a dedo a lo largo, de la base a la punta
- cuando llegues a la cutícula date un minimasaje circular
Algunos consejos para el cuidado de manos:
- Utiliza guantes en cualquier labor en que las manos tengan que estar en contacto con agentes agresivos.
- Convierte en hábito darte crema después de lavarte las manos.
- La exfoliación periódica mejora su aspecto y contribuye a que penetren mejor los agentes hidratantes.
- Para fortalecer las articulaciones y mejorar la circulación sanguínea puedes masajear una pelota pequeña y blanda durante 10 minutos todos los días.
- Procura tener cuidado con los cambios de temperatura al entrar y salir de locales, pues el paso de frio a calor y viceversa es negativo para la piel, especialmente para las más sensibles.