Las algas.
Existen más de 25.000 especies de algas, unas microscópicas y otras que pueden llegar a medir hasta 100 metros. Son organismos protistas (como los protozoos) pero todas capaces de realizar la fotosíntesis. Estos microorganismos son los culpables de que se generara el oxigeno necesario en la atmósfera para que surgiera la vida en el planeta, cuando la tierra emergió de de las aguas y dejo en la superficie algunas de ellas.
Si bien no todas son comestibles, si son una parte vital de los recursos naturales del planeta.
Investigaciones recientes han comprobado que, aunque se estima que los prados de algas marinas ocupan menos del 0,2% del fondo marino del mundo, son responsables de más del 10% de todo el carbono sepultado anualmente en el mar. Pueden almacenar hasta el doble de carbono que los bosques templados y tropicales por unidad de área, lo que las convierte en un recurso natural (aún disponible) para combatir el cambio climático.
Algas comestibles.
Las algas son muy versátiles en la cocina y se encuentran con facilidad en cualquier super o tienda especializada, normalmente deshidratadas.
Según un estudio de EUMOFA (Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y la Agricultura), entre los años 2005 y 2014, España, con Galicia como proveedor mayoritario, aumento la producción de algas en un 388%, convirtiéndose en el tercer productor comunitario tras Francia e Irlanda.
Pero si miramos a Oriente, donde llevan más de 4000 años usándolas, veremos que en Japón constituyen el 25% de la dieta.
Entre sus propiedades culinarias hay que destacar que su sabor evoca al mar como pocos alimentos. Pero además cuentan con muchos beneficios nutricionales:
- Más del 90% de la biomasa es proteína.
- Prácticamente no tienen grasas.
- Mucho aporte de vitaminas (A, D, E, B1, B2, C) y elementos minerales (calcio, fósforo, potasio, hierro, yodo, sodio).
- Contienen agar y carragenatos, fibras que sacian pero no se digieren, por lo que es destacable su labor en la limpieza del tránsito intestinal
- Son una bomba de oligoelementos.
- Contienen ácidos grasos y antioxidantes.
Todo esto las convierte en un alimento hipocalórico muy saludable, que ayuda a regular la función intestinal , el colesterol, el azúcar y al ser ricas en minerales, tienen efecto depurativo.
Las algas marinas comestibles se dividen en tres tipos:
- Verdes.
- Rojas.
- Pardas.
Existen también derivados, como el Agar-agar, que se obtiene de la mezcla de otras algas (Tengusa y Ogonori).
En su formato deshidratado conservan todas sus propiedades, simplemente sumergiéndolas en agua el tiempo establecido en cada caso, recuperan su aspecto y textura original. Pueden crecer entre 3 y 10 veces su tamaño y la mayoría de ellas son ideales para consumir crudas en ensaladas. Te proponemos algunos ejemplos, pero hay multitud de tipos y recetas:
- Nori: tienen forma de copos. Se puede usar como una especia más, aportándola a rebozados, ensaladas, etc. Alto contenido de vitamina B-12.
- Wakame: ideal para ensalada, pero también en arroces, pastas, sopas o tortillas. Aporta yodo y calcio.
- Kombo: perfecta con las legumbres. Aporte de calcio y magnesio.
- Musgo: muy sabrosa en ensaladas. Alto contenido de cinc.
- Espagueti de mar: llamada así por su forma, tiene un característico sabor a crustáceo. Muy buena rebozada, frita o simplemente tostada. Aporta hierro.
- Agar-agar: muy utilizada en ensaladas pero sobre todo en la elaboración de gelatina por su textura.
Cabe señalar que son una propuesta más que interesante no solo por sus múltiples cualidades y utilidades (también en la industria), sino que como recurso se obtienen muchos beneficios, ya que aunque cada vez se cultivan más, solo necesitan sol y mar.
Pero no todo son buenas noticias.
Exceso de yodo en las algas marinas
Según el doctor Ramón de Cangas, Dietista, Nutricionista, Doctor en Biología Funcional y Biólogo:
«Las algas son alimentos con un contenido en yodo elevado, hasta tal punto que solo un gramo de algunas especies como kombu, wakame o nori aporta cinco o más veces el límite de consumo recomendado. Un exceso en el consumo de yodo se ha relacionado con problemas de tiroides»
Efectivamente, estudios recientes han confirmado la relación existente entre el exceso de yodo y el hipertiroidismo que proporcionan las algas en consumidores habituales.
Otro problema que comenta Ignacio Moreno, jefe del Departamento de Ecología y Gestión Costera del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (CSIC), es que estos organismos acuáticos “tienen una tendencia elevada a acumular metales pesados y, sobre todo, radioisótopos”
Por otro lado en 2016, European Food Safety Authority (Comité Científico de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) identificó “riesgos potenciales asociados al uso de las algas marinas” como uno de los 18 problemas emergentes acontecidos en Europa en 2015.
En cualquier caso, si se consumen con moderación no tenemos que renunciar a sus propiedades beneficiosas. Como apunta Moreno: “Si en el mercado te encuentras un alga, puedes consumirla con total tranquilidad porque significa que habrá pasado los controles de calidad europea, que son muy estrictos”.