Los test de intolerancia alimentaria.
Aproximadamente, un 20 % de la población, presenta a lo largo de su vida una reacción adversa o intolerancia alimentaria.
Hay que señalar que intolerancia alimentaria no es lo mismo que alergia. Con la alergia, nuestro sistema inmunitario reacciona frente a un determinado alimento de diferentes maneras. Sin embargo, la intolerancia alimentaria es un término más amplio en el que influyen más variables, como pueden ser el estilo de vida del individuo o su historial clínico. Además los resultados no son permanentes y pueden variar con el paso de los meses.
No hay más que poner en Google el término “intolerancia alimentaria” para que en los resultados te ofrezcan test milagrosos en los que analizándote un cabello te faciliten hasta 600 elementos alimentarios y no alimentarios a los que tienes intolerancia.
También existen laboratorios altamente cualificados… que analizan tu sangre o modernísimas máquinas que en unos minutos arrojan resultados sobre tu metabolismo y detectan que las nueces te provocan insufribles migrañas. Puedes encontrarlos desde 60 €.
Pues bien, estos métodos de diagnostico no están avalados por la comunidad científica.
Su uso, además del gasto económico que acarrean, suponen una aproximación diagnostica equivocada y un retraso en la aplicación del tratamiento adecuado, amén de la confusión que generan entre los pacientes. Tampoco disponen de estudios bien diseñados que sean de larga duración ni con un gran número de pacientes que avalen los resultados.
Existe un Documento de Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (GREP-AEDN) sobre los test de sensibilidad alimentaria, que dice textualmente:
- Los test de sensibilidad alimentaria son técnicas diagnósticas no validadas científicamente. Estas pruebas no gozan de justificación científica y, en consecuencia, no han demostrado ser fiables ni reproducibles.
- Las sociedades clínicas de referencia en alergología e inmunología clínica no apoyan la utilización de este tipo de pruebas en cualquiera de las condiciones para las que dicen tener un valor diagnóstico eficaz, incluyendo la hipersensibilidad (alérgica o no alérgica) a los alimentos.
- Cada vez más, los test de sensibilidad alimentaria se están promoviendo para el diagnóstico y el tratamiento de procesos diferentes a la hipersensibilidad, como por ejemplo para detectar posibles alimentos que “provocan” sobrepeso u obesidad. A dichos test se les llama, de forma errónea, test de intolerancias alimentarias.
- Este tipo de test no se considera un método diagnóstico eficaz para detectar posibles alimentos que favorecen el aumento de peso en un individuo.
- En consecuencia, y debido a que esta técnica puede dar lugar a resultados o asesoramientos engañosos y confusos, así como a la instauración de tratamientos ineficaces y, en determinadas ocasiones, potencialmente perjudiciales, cualquier método de adelgazamiento basado dicho test deberá ser considerado como un sistema o método milagro.
- Estos métodos pueden retrasar el diagnóstico y el tratamiento adecuado tanto en la alergia o la intolerancia alimentaria, como en la obesidad.
- Los test de sensibilidad alimentaria son costosos y, teniendo en cuenta su falta de efectividad y fiabilidad, suponen un desperdicio económico importante que el paciente podría invertir en tratamientos adecuados.
- Para problemas de salud relacionados con su peso corporal, consulte a un dietista-nutricionista con grado universitario.
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Por todo esto, resulta imprescindible que este tipo de análisis esté bajo la supervisión de personal cualificado. Como aconsejamos siempre, consulta primero a los especialistas. Habla con tu médico.
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